Nuevo Artículo: Los gais sólo quieren sexo
Desde siempre, hemos escuchado a
algún beato indignarse innecesariamente por el “libertinaje” de los hombres
homosexuales. Nunca falta algún puritano que se de golpes de pecho, rompa sus
vestiduras y refunfuñe por lo que considera las “indecencias” de la
homosexualidad. Este drama absurdo podría entenderse (no justificarse) en el
contexto de la ignorancia homofóbica en la que vive la mayoría heterosexual,
pero resulta absurdo e indignante entre homosexuales.
Que una mariquita recrimine a los
otros por hacer libre ejercicio de su sexualidad es, en principio un
contrasentido: una extensión de la homofobia propia. Los baños de dignidad
entre homosexuales, son, quizá, la peor muestra de doble moral que pueda
existir. A veces es gracioso darles bolilla y oírles despotricar contra la
pornografía, la masturbación y toda la amalgama de prácticas sexuales que
existen. Sin embargo, otras veces simplemente apetece gritarles “marica
amargada y seca, envidias lo que otros tienen y tú no puedes”. Esto último,
sería delicioso, sin embargo, su actitud merece la disección de mi retorcida
moral.
En efecto, la gran mayoría de
gais quieren sexo, son muy sexuales (en este punto me escandalizo de mí mismo
por darles la razón, aunque sea en el análisis situacional). Quizá uno de los
motores de la vida de los hombres homosexuales sea tirar, culear rico, comerse
al prójimo de forma no caníbal, echar un polvo, etc. Sin embargo, no me asusta
esto, lo considero apenas lógico y natural. Llegué a una asombrosa conclusión:
no se debe al hecho de ser gay, es simplemente parte de ser hombre.
Uno puede analizarlo así: los
juguetes sexuales, la pornografía, fiestas sausage, orgías, strippers,
prostitución y cualquier otra expresión de la sexualidad que se critica en los
gais está presente también en los hombres heterosexuales ¿Cuál es la diferencia
objetiva entre la promiscuidad de un hombre heterosexual y la de un hombre
homosexual? Obviamente el objeto del deseo es otro varón, pero todo lo que
encuentras y es tan criticado en el mundo gay existe en el mundo hétero.
Tan claro como esto: la arrechera
perpetua y todas las formas que toma; todo aquello que criticamos no tiene nada
que ver con ser gais y sí con ser hombres. La carne con esteroides y las
modelos llenas de silicona tienen el mismo objetivo: satisfacer el morbo de un
hombre y la única diferencia real son el público al que va dirigido. Ahora bien
¿por qué todo tiene que ser sexo entre gais? Pues por esa misma razón: porque
la homosexualidad, básicamente, se trata de relacionarse emocional y
sexualmente con alguien de tu mismo sexo ¿No es algo lógico?
Regresando a las mariquitas
quejumbrosas: ¿por qué hacer berrinches? ¿Cuál es la necesidad de emitir
criterios? Los homosexuales somos discriminados y vivimos prejuicios por el
ejercicio de nuestra sexualidad. Reflejan
falta de criterio y una vanidad absurda los comentarios de aquellos que
se creen con derecho y autoridad para emitir criterios sobre cómo los demás
llevan su vida. Si no te gusta lo que el otro hace son su cuerpo y con su vida,
sencillamente ignóralo; no te compliques... y por favor, ahórrate tus
comentarios.
Excelente artículo, amigo. Únicamente agregaría que las razones del hombre para actuar así son las designadas desde el inicio de los tiempos por el patriarcado que se expresan en nuestro absurdo comportamiento machista dirigido a todos y todas aquellas que nos parecen inferiores por su sexo, etnia, etc. y obviamente orientación sexual e identidad de género. Los ataques moralizantes de ciertos gays se deben en parte a esto y en otra buena parte a la educación castrante que recibimos, educación guiada por principios religiosos (lamentablemente) que incluso se imparte dentro de centros laicos.Lo que cada uno haga con su cuerpo solo le compete al involucrado no a los espectadores envidiosos.
ResponderEliminar