Mesías Futbolero


Dios -en su infinita bondad- ha enviado a Ecuador a Antonio Valencia para que redima todas nuestras mediocridades. La pasión de Antonio no se desarrolla en Jerusalén ni es crucificado en el proceso. Es algo más sencillo: juega fútbol en el Manchester United. Antonio juega taaaan bien y Ecuador está taaaan mal, que sería un pecado no usar su talento para repotenciar el chauvinismo nacional.
 Así pues, él está allí; con su talento, esforzándose, sacándose el sucio y cobrando por ello (Obviamente), mientras el primoroso y maravilloso Ecuador se emboba y maravilla con alguien que decidió salir y explotar su potencial ¡Es que es tan extraño en estos lares! Nada mejor para olvidar que esta sociedad marginal aún no ha ofrecido algún Nobel (Menos el de la paz... quedó por los suelos desde que lo ganó Obama), pintor, artista o pensador reconocido ¡No importa! ¡Que el fútbol no pare, no pare, no! ¡Qué el fútbol no pare!... ¡No pare! ¡PUAJ!

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