La belleza está en el interior



En diciembre pasado (¡Cuánto he descuidado este blog!) la Capilla de la Medalla Milagrosa fue devuelta al público tras una larga restauración. Para mí es una de esas “pequeñas grandes joyas” de la arquitectura de la ciudad. El preciosismo (Nombre de esta nueva sección) puesto en su construcción es único: por lo general los templos neogóticos se caracterizan por la sobriedad en la decoración interna. La capilla rompe con el paradigma, y sorprende con una exquisita decoración interna en la que la pintura mural es la protagonista. Las flores de Liz, estrellas y lirios cubren las paredes y la bóveda, asombrando al visitante. Las dimensiones de la capilla y la decoración me dan la sensación de entrar a un jardín secreto, de escapar de la ciudad. Unas fotos que tomé:

  El interior visto desde la entrada

 La decoración de la puerta de ingreso

 Marcos exquisitos de estilo neogótico

  Me desilusionó un poquito que la ventana no sea policromada

   Detalle de la pared

  El rosetón con las apredes y columnas decoradas

   Entrada principal vista desde el altar

  Rosetón este

  Vista del altar neogótico, con la advocación mariana y un nacimiento

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