Pastorchupa



El partido del loco que ama robar nos ha dado un candidato de lujo: un pastor golpeador y homófobo. Su nombre es Néstor Zavala y, además de atemorizar a sus seguidores con el infierno y despotricar contra los GLBTI, ha decidido hacer sus pinitos en la política farandulera nacional. ¡Y lo hace de la mejor manera! Se ha candidatizado para Presidente de este país chiquito pobre y marginal.
Esta aventurilla politiquera encandila al pastor y, alegando moralidad, le hace proponer una revisión sobre los derechos GLBTI. Sabemos poco de su propuesta política: cómo solucionará problemas clave como desempleo, inseguridad, déficit y falta de competitividad. Tampoco conocemos  a profundidad sus estrategias para mantener la dolarización, mejorar los servicios públicos, manejar la deuda externa o las relaciones internacionales. En temas clave, prefiere frases hechas y, cuando el tema lo sobrepasa, es mejor complementarlo con versículos de la biblia. Ante tal pobreza de ideas, es preferible no gastarse, irse por la tangente y apelar a la homofobia de los electores.
Todo en su propuesta es relativo y vago,  a veces hasta contradictorio (apoya el laicismo, pero quiere una mayor “presencia de Dios”). Pese a ello, lo único que parece tener claro es que tiene que cambiar los artículos 66, 67 y 68 de la constitución de 2008 y esa es una de sus principales propuestas de campaña. Para el pastor, “El derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre su sexualidad, y su vida y orientación sexual” (Art. 66, num. 9) que tienen los ecuatorianos, es algo incorrecto, que debe ser rectificado inmediatamente. Por mandato constitucional, Zavala pretende regular la alcoba de cada uno de los ciudadanos de este país.
¿Sabrá Zabala que es el resultado de una patada de ahogado y que es la última bala de una organización política acusada de poco transparente? ¿Le importará al pastor que la diputada del partido que lo auspicia era conductora de un programa de famoseo donde usualmente hombres y mujeres se quitaban la ropa? Parece que nada de eso le preocupa al pastor, o prefiere mirar a otro lado… la doble moral salta a la vista. Podría seguir escribiendo un sinfín de incongruencias entre lo que Zavala predica y lo que aplica; pero no hace falta desgastarse para demostrar su verdadera naturaleza: un lobo con piel de cordero.
¿Recuerdan ustedes a los “curuchupas”? Aquellos católicos fanáticos, besamanitos de obispos, reaccionarios e intolerantes que rezagaron a la sociedad con sus ideas retrógradas hasta bien entrado el siglo XX. Hasta hace poco, creía que esa plaga de gente atrasada y atrasadora estaba controlada y confinada en el único lugar posible para ellos: las iglesias. Desgraciadamente han vuelto y se han diversificado: ahora son también líderes de cualquier secta de esquina y, biblia en mano, pretenden acabar con los derechos de cualquiera que no piense como ellos ¡Mucho ojo! Son los “pastorchupas”

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