Yo, ¡A los 60!


Envejecer y morir es parte de vivir (claro que no es la parte más bonita). En fin, ésta es la imagen que quiero de mí para cuando tenga sesenta años: Poderoso, con mi harem de esclavos sexuales fisicoculturistas y muuuuuuy bien conservado. Tengo la esperanza que en los próximos años la medicina genética y los experimentos con células madre me garanticen el sex-appeal en la senectud. Verán, mi idea de la tercera edad es similar a la Hugh Hefner... sin ser como Hugh Hefner. Yo me pregunto cómo es que esas chicas no le tienen asco. Obviamente debe haber una que otra gerontófila y el dinero debe ser un gran afrodisiaco, pero yo quiero ser un abuelito sexy y que todo acostón derive de mi atractivo físico. Así que cuando tenga 60 quiero verme de 40 (o 39), y que toda la gente se admire porque parezco el hijo que nunca tuve. He pensado cómo será mi cuadro en el salón amarillo, cuando sea el amo presidente del país y esta foto me acaba de dar una buena idea.
Éste retrato glorioso y desafiante de Giuseppe Verdi tampoco está mal:

 Claro que espero verme así cuando tenga 150 o 200 años ¡No antes!

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