La decadencia de lo opulento


Mi más nuevo pasatiempo es tomar fotografías de casas antiguas... y es un placer culposo hacerlo cuando están en ruinas. Es algo morboso (y delicioso) ver morir lentamente a un edificio, especialmente los opulentos. La muerte de un edificio ostentoso es una tragedia: la agonía del cemento, de la belleza que se suponía perenne. La opulencia hecha cemento muere con gracia, no es grosera, en sí misma es un espectáculo. La belleza del detalle, el preciosismo se mantiene estoico hasta el trágico final. La gloria de los otros muere con ella: en las sombras del anonimato, en el frío de la humedad que carcome el legado, en la desidia de los que quisieron dejar un mensaje en piedra y cemento.
En mis sueños, en mis horas oscuras, los veo morir. Los visito en sueños: a veces son palacios, otras veces casonas de madera.. siempre en ruinas. Pienso dormido y despierto ¿Estos zombies urbanos deberían volver a la vida o simplemente morir? Quizá, al igual que las personas merecen una segunda oportunidad.

Casa Cuna Ambato

Casa ubicada en calle 12 de Novimebre (demolida recientemente)

Edificio Art Decó Ubicado en la esquina de la calle Bolívar y Lalama

Casa esquinera Ubicada en la esquina de las calles Montalvo y Cuenca

Casa frente al parque 12 de Noviembre (Calle Mera)
Casa frente al parque 12 de Noviembre (Calle Mera)

Detalle de Puerta en la calle ¿Rocafuerte?

Casa en la calle Moltalvo











Comentarios

Entradas populares