A merced del poder vagina
I like your pussy...
Éste es un artículo polémico, pero todo aquí tiene cierto
grado de polémica (exceptuando los hombres imposibles ¡porque un hombre guapo
es una verdad absoluta! ja, ja). En fin,
este artículo es una crítica sobre el feminismo que vivimos en Ecuador y en
cierta medida en el mundo: el que usa la victimización como instrumento para conseguir
privilegios.
De antemano, quiero aclarar que creo en la equidad entre
hombres y mujeres. Como hijo de madre soltera, soy testigo de la capacidad y
fortaleza que tiene una mujer. Siendo honesto me estoy acercando a un nivel en
que las palabras “hombre” y “mujer” son sólo adjetivos y no conceptos que
condicionan o crean alguna obligación específica. No siento que existan hombres
o mujeres. Sólo existen personas con pene y vagina, de la misma manera que
existen personas con pelo negro y pelo rojo.
Estas personas (personas con pene y personas con vagina)
tienen el derecho de encontrar la felicidad, de generar bienestar para sí y de
luchar por sus metas e intereses. Creo que el fin supremo de la vida es la
felicidad, y que es deber de todos encontrarla con el único limitante de no
perjudicar a los demás. Reconocernos iguales en capacidad y derechos es una condición
básica para conseguir esa felicidad.
Este reconocimiento a la igualdad es el que me hace rechazar
una actitud victimista de algunas activistas. Esta visión feminista es la de
una mujer inútil, una descerebrada sin capacidad de decidir sobre su vida su
cuerpo y su futuro. Este ser insulso con nulo juicio y raciocinio se ve
obligado a vestir minifalda, no tiene educación, ha suplantado su cerebro por implantes
mamarios y se reproduce en un círculo de miseria infinita.
¡No! Lo siento pero rechazo esto. Entiendo la delicada
situación de muchas mujeres en el mundo, pero definitivamente rechazo la
posición feminista actual. Rechazo en primer lugar que una mujer se le dé un
trabajo por ser mujer, ya que es tan sexista como que aun hombre se le dé un
trabajo por ser hombre. En la elección de la pasada Corte Suprema de Justicia
se dio el caso que postulantes mujeres con menos méritos que sus pares hombres fueron designadas juezas sólo por su género. De
igual manera, sólo por su sexo, una mujer podría jubilarse a los 43 años,
mientras que un hombre lo haría a los 65 ¡22 años más de trabajo! Con
jubilación anticipada (35 años mínimos de aportación) un hombre debería
trabajar hasta los 53 años. En el campo laboral se dice que las mujeres ganan
menos que los hombres y eso es falso. Un gerente hombre o mujer gana lo mismo
en una empresa. Las escalas salariales no distinguen sexo, sino antigüedad,
experiencia y capacidades. Obviamente una cajera va a ganar menos que el supervisor
de operaciones, de igual manera que el supervisor de operaciones ganará menos
que la gerenta.
Finalmente, y no menos importante: los trabajos más “suaves”
son para mujeres. Por ejemplo: dependiente de almacén, atención al cliente y
cajas son trabajos para los que hay más vacantes para mujeres. Aunque sean
trabajos que paguen el salario básico son más fáciles de conseguir para una
mujer que para un hombre. Los trabajos de más fácil colocación para un hombre
son guardia, cargador, peón de construcción y trabajador agrícola. Son trabajos
también mal pagados y que exigen un mayor trabajo físico. Regresando al trabajo
“de oficina”: Los puestos de asistente (de cualquier área) ahora son otorgados
a mujeres (contabilidad, gerencia, RR.HH.), de tal manera que las mujeres
parten con ventaja para obtener puestos más altos. Si se afirma tan
temerariamente (porque hasta ahora no existen estadísticas en Ecuador) que la
mayoría de puestos directivos son para hombres, hay que aclarar que la mayoría
de los mandos medios lo ocupan las mujeres. Una vez más que prime la capacidad
sobre el sexo.
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