¡Adios Takeshi!


El domingo perdí a Takeshi ¡Es una lástima! El gato, que resultó ser gata, se convirtió en una distracción e incluso en mi amuleto de la buena suerte. Lo más probable es que alguien que pasó por la calle se lo llevó. Ojalá aquel gatito negro no se convierta en sopa para algún asmático (¡Qué absurdo mito!). En fin, ya tengo el nombre para mi próximo gato: Melloco.

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