Félix, El Cóndor y la Bella Tristeza de Alausí

Iglesia de la parroquia Sibambe, cantón Alausí


Doña Julia murió el domingo en la mañana. Mi mamá y mi abuelita viajaron el domingo a Alausí, yo viajé el martes en la mañana para asistir a las honras fúnebres. Por fin pude conocer Alausí: hasta ahora, además de un par de fotos y "El Cóndor Mensajero" no había tenido mayor referencia de Alausí, Sibambe y Bayanag. Ir allá fue más que ir al mero espacio geográfico. Fue un viaje hacia la vida de todos los que conozco; fue saborear lo antiguo, una parte de la vida de los que quiero. En Bayanag, perdido en un mundo de precipicios y montañas bañadas del oro de la hierba seca, vi a Cemila, Marlo y a todos los demás en tontexto. Entendí el génesis de esta estrecha relación que me abarca, he aprendido a apreciar más a Cemila y a los suyos. 
La señora Julia Falleció y en su traslado, entre Yaravíes, lágrimas ajenas y la imensidad de las montañas, no pude evitar derramar unas lágrimas. No sé por qué lloré, quizá sugestionado por el ambiente o ante la terrible pérdida de un ser querido. Aunque objetivamente sé que no hay nada después de morir, no pude evitar esa evasión al dolor que llamamos "el cielo". Ni modo: Morir es parte de vivir.

Mejor dejar a un lado la tristeza y volar con el "Cóndor Mensajero"


Increíble: ¡A una de mis personalidades múltiples le gustan los San Juanitos!


Comentarios

Entradas populares