Yo, para los otros

¡Gracias Fernando! La canción me sirvió mucho


"Hay una ley de vida, cruel y exacta, que afirma que uno debe crecer o, en caso contrario, pagar más por seguir siendo el mismo." 
Norman Mailer


Siendo básicamente un solitario es duro abrirse a los demás. Yo me aíslo porque en realidad disfruto de mi propia compañía. Me gusta vivir a mi tiempo, saber que soy dueño de él. Es una vida “All by myself”: mi vida, mi cuerpo, mis reglas. Lo que más disfrutaba de esta vida individualista es saber cada acción, dentro de lo posible, era un acto propio, libre de la influencia de los demás. Creo que esa conducta, pese a sus limitaciones, me ha aportado mucho. Sin embargo, siento que no es una conducta sostenible a largo plazo: como todo, este comportamiento tiene sus limitaciones. He descubierto que es necesario relacionarse con los demás, crecer exige cambiar. Sin embargo, estoy descubriendo que la vida con los demás involucra hacer algo por los demás. Desde cosas simples, hasta sacrificios personales.
Mi gato (al que voy a rebautizar cagón) hizo lo que parecía imposible: que yo arreglara mi pieza. No sólo eso: por mi gato ya no puedo estar desnudo (cuando jugamos me araña). De gatos a humanos, ayer compartí con Roberto, Ma. José y Paola. Fue agradable, pero al estar con ellos, me di cuenta que tenía que sacrificar un tiempo que tenía destinado para mí. No me gusta la idea de perder individualidad, de ser un satélite de los otros. Claro que es un poco exagerado de mi parte, pero no quiero que, sin que me de cuenta, mi vida se encuentre en función de los demás.

Comentarios

Entradas populares