Artículo Reloaded: ¡Estoy Güenote!

De decidido rescatar algunos de mis artículos de gayecuador.com. Ahora que tengo un blog, es justo que se encuentren aquí...por si derrepente Javier los borra (lo siento javier, yo también tengo derecho  pensar mal). Allá, por el lejano 2009, escribí este artículo sobre mis intenciones de estar buenote... que ahora sí voy a cumplir.

Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá... La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias.
Óscar Wilde, El retrato de Dorian Gray

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Comenzó el nuevo año y todos decidimos hacer propósitos. Estuve un par de días pensando qué podría hacer para el 2009 y no tenía una idea clara hasta que, después de bañarme, me vi desnudo frente al espejo… y casi me pongo a llorar. Después de la traumática experiencia lo decidí: este año voy a convertirme en un papito. No, corrección: en un súper papito rico.  Ya tenía un propósito ¿tendría también la voluntad?

Analizándome, descubrí que las dos cosas que me impedían ser el hombre más guapo habido y por haber eran... mi cara y mi cuerpo. Afortunadamente vivimos en el siglo de la cirugía plástica. Miguel Ángel -otro mariquita obsesionado por la belleza- no tuvo esta oportunidad: vivió su vida aborreciendo su nariz. En mi proceso de maricón feo y pseudointelectual  a maricón guapo y estúpido me resultó imposible pensar en lo que consideramos bello y por qué nos atrae.

No sé lo qué es belleza, pero creo saber por qué nos atrae. Lo bello es aceptado, es lo mejor ¿Será por eso que queremos lo bello y queremos ser bellos? A lo mejor pensamos que siendo bellos nadie nos lastimará o rechazará. O tal vez queremos que la belleza nos rodee, que nos rodeen el arte, la naturaleza porque son lo mejor. Quizá querer la belleza no sea más que una muestra del anhelo de superación.

Regresando al mundo real, decidí que mi cara podía esperar un  poco y pasé directamente a mi cuerpo, mejor dicho pasé directamente al gimnasio. El primer día hice todos los ejercicios, los sentía tan fáciles y ya me imaginaba a mí mismo en la playa con un cuerpazo espectacular ¡Iluso mariquita! Al día siguiente me embargaba un dolor paralizante y agónico… quisiera haber sido masoquista para, por lo menos, haber podido disfrutarlo.

La ventaja de tener un comportamiento obsesivo es que te da cierta constancia. Adolorido pero constante, me levanto todos  los días a las cinco y media, me hago un batido de leche con un polvo de horrible sabor y dos sándwiches de atún y pan integral. Luego troto cerca de 2 km (en el frío de la madrugada ambateña)  y remato con una hora y media de pesas y los respectivos pujidos. La primera lección: belleza es disciplina.

Muchas mujeres se quejan que es difícil estar en línea; yo no creo eso. Para que una mujer esté buenota sólo tiene que agrandarse los senos y vomitar sin cesar. Ya quisiera yo que fuera tan fácil cómo vomitar… sólo tendría que subirme a un bus: lo demás viene sólo. Resulta que para tener el cuerpo de He-Man tienes que romper las fibras musculares haciendo pesas. Entre más cargues, más se romperán. Parece que hacer sentadillas con pesas de 15Kg es una manera alternativa de romperse el culo. La segunda lección: para lucir hay que sufrir. (No pain, no gain)

Leonardo Da Vinci lo tuvo todo: no sólo fue el mayor genio de su época sino, todos los que lo conocieron lo describieron como el hombre más hermoso que jamás hayan visto. Bello e inteligente… una combinación diabólica. Me puse a pensar ¿Por qué pensamos que la gente guapa es más bruta que el promedio? Nos imaginamos a la rubia tonta, al chico musculoso y estúpido, al genio pequeño y pálido y a la chica inteligente como fea. ¿Será verdad esto? Quizá, sólo quizá, los guapos no necesitan esforzarse ya tienen un arma con la que combatir al mundo. Los feos en cambio, vulnerables ante el mundo cruel  nos vemos obligados a obtener conocimientos para no ser destruidos en la vorágine del mundo moderno. Quizá, sólo quizá, los buenotes, son en realidad “güenotes” una especie a la que el entorno obligó a maximizar su físico a costa de la minimización intelectual. Podría ser esto o que simplemente no tomamos en cuenta a la gente bruta y fea porque nos da pena atormentarlos de esa terrible condición. Le conversé esto a un chico del gimnasio y me quedó viendo como bicho raro. La tercera lección: calladito te ves más bonito.

A pesar de ello, la gente ignora que la belleza nos acecha. No es la belleza de las flores, no. Son hordas de hombres y mujeres hermosos que diariamente nos azotan con los látigos de su belleza. Sí, nos rodean y están en todas partes. Con tanto hombre guapo suelto por allí… ¿Cómo no sentirse como moco de perro? ¿Cómo no lamentarse por no ser tan perfecto, por no ser tan aceptado como lo sería él? ¿Cómo no imaginarse la vida si se hubiera tenido tal o cual rasgo especial? Pero no es su culpa, la mayoría lo hace sin querer. Sólo es gente que tuvo la bendición de unos perfectos genes. La cuarta lección: si el destino existe; es injusto.

El otro día algún “brillante” dejó el ecotacho frente la puerta de mi casa. La elección era simple: mover el tacho o aguantarse el olor a basura toda la semana. Para mi sorpresa pude empujarlo yo solito. Ya sea por las endorfinas del ejercicio o cualquier otra cosa me siento más fuerte, más capaz y con más ánimo. Ahora corro sin cansarme y entre las repeticiones del ejercicio se me ocurren tantas cosas locas y cuerdas que me da la gana de poner un blog. Sigo adolorido por levantar las pesas, sin embargo, me anima ver a tanto hombre musculoso en ropa de ejercicio; ahora es un motivo más para ir al gimnasio. Quizá en el futuro levante pasiones y algo más (¿por qué no?) y hasta me consiga un novio con Mercedes Benz/Volvo/BMW/Cadillac incluido. La quinta lección: es bueno estar bueno.

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