Nueva sección: No soy un bruto



Le estoy echando ganas a mi proceso de buenotización. Me resulta muy difícil dejar algunos viejos hábitos (como comer antes de dormir) o comenzar unos nuevos (como lavarme la cara y ponerme crema). En fin, creo que si me aplico y si soy exigente veré resultados. De hecho, quiero que mi buenotización sea muy técnica: he puesto horarios, metas y he establecido algunos procedimientos. Como estoy evaluando proyectos, es apenas lógico que le de un aire más "técnico" a todo esto que hago. Por ello, he tomado la precaución de llevar un plan B: ser más inteligente. Si a la larga termino siendo un bagre, pretendo justificar mi existencia con algo de cerebro. A partir de hoy, leeré, diariamente, las columnas de opinión de los periódicos. Las noticias no, me emputa saber que Ecuador está en la mierda. En fin, voy a leer El Comercio (para mí el mejor diario del Ecuador), El Universo, Hoy; y, para tener una visión más amplia, El Telégrafo. 
Por supuesto, como evidencia de mi compromiso, he decidido postear lo que me parece más interesante. Hoy me llamó la atención un artículo llamado "Reivindicación de la Biografía", escrito por Fabián Corral. Aquí una parte que me resultó interesante:

La biografía ilustra el grave malentendido que hay entre la tarea del historiador y la del activista. En América Latina, y por acá también, tan pronto un caudillo accede el poder, ya pululan en su torno los ‘biógrafos’. Cuando aún no se disipa la polvareda de cualquier cuartelazo, ya sale a la venta la historia del hecho. Es increíble la velocidad de escritura, y es sorprendente también la superficialidad. Más asombrosa aún es la capacidad de manipulación de la historia que tiene el poder. El perverso uso de la figura de Bolívar para vender el neosocialismo es un ejemplo. La carga ideológica con que se maneja el Bicentenario de una revolución liberal, que fue la que inspiró la Independencia, es otro.

Los personajes de la historia, puestos en contexto de propaganda y transformados en anécdota de discursos, son los grandes perdedores. Somos perdedores los ciudadanos, porque se envenena la memoria, se induce la educación y se nos vende gato por liebre, al punto que ahora no es fácil distinguir entre las campañas electorales eternas, el marketing que las inspira y lo que realmente ocurrió hace dos siglos. Es patriótico respetar a los héroes, y no desenterrarlos para demostrar disparates, como hizo el coronel venezolano con Bolívar. 

Aquí el enlace al artículo :

http://www4.elcomercio.com/Opinion/reivindicacion_de_la_biografia____________.aspx

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