Brokeback Mountain: Cuento+Película+Canción



Llevaba tiempo queriendo escribir esta entrada acerca de la Montaña Rompespaldas (AKA Brokeback Mountain). Pues bien, heme aquí, escribiendo sobre la única película dramática que me hizo llorar a mares. De hecho, cuando vi el trailer lloré. Ang Lee supo aprovechar el efecto lagrimógeno de la Canción de Gustavo Santaolalla. El punto es que creo que el valor de una película (o de un libro/canción/obra de arte) más allá del valor artistico que pueda tener, lo damos nosotros a través del impacto que tiene en nuestra psique. 
¿Qué representa para nosotros cada nota de una canción, cada línea de un poema o cada trazo de una pintura? Quizá nadda por sí mismo. Pero toda esa sumatoria de notas, líneas y trazos adquieren peso cuando nos vemos reflejados en ella. Con lo expuesto, me pregunto si es necesario del virtuosismo o si sólo es la pompa de algo más trascendental. Detesto el heavy metal, el reguetón, las pinturas abstractas y la arquitectura del 70; todas se me hacen productos planos carentes de virtuosismo, de talento ¡No me gustan porque siento que yo las puedo hacer! 
Quizá peque de Vanidoso, pero siento que no son tan difíciles. Probablemente mi autocriticismo no se sienta bien hasta que encuentre algo tan perfecto que frustre, que me parezca inalcanzable. Quizá eso genera en mí la apreciación de valor de una obra: el que yo me sienta categóricamente incapaz de siquiera concebirla. (Acabo de tener una revelación: Me gustan las cosas que alimenten mi complejo de inferioridad) (por eso escribo este blog, ¡me ayuda tanto a conocerme!)
En fin, regresando a la Montaña, quedé conmovido con la escena final. Ennis toma las dos camisas, contiene el llanto y dice "hay que ver Jack". Hubo toda una polémica por la frase, pero a mí me gusta más así: suna más a lamento (Claro que yo vi la ví con doblaje de Manololandia, no en la Intermexi). En fin, tiempo después leí la historia y me quedé sorprendido puesto que en el cuento los personajes eran más miserables: eran feos, mayores y pobres (¡Más alimento para mis complejos!). En este mundo de gais hermosos, qué bien nos caerían maricones feos, gente con problemas reales, curtida y amargada (o sea mi autobiografía ja, ja). Eso es algo que me gustó de Brokeback Mountain: hay franqueza, gente con problemas. No se trata del típico lolito gay en busca del amor, del marica incomprendido o cualquier otro de los típicos clichés gais. Quizá sea muy básico y no conceptualice bien todo esto del arte, pero me gustan las historias de maricas con problemas no maricas, aunque se siga siento marica y esos problemas no maricas quizá afecten mi vida marica. Por eso me gustó el libro. 
Ahora bien, la película es respetuosa de la historia original y se profundiza en cuestione sinteresantes en las que el libro se vuelve un poco flaco. Como ya mencioné, la escena final, la de las camisas tuvo en mí el efecto de una bomba lacrimógena. La canción de fondo, The Wings, de Gustavo Santaolalla es simplemente maravillosa: podría deshacerme en halagos, pero no me alcanzarían. Aquí posteo la versión más completa que encontré:


En este link se puede descargar el cuento¡Una buena lectura para el domingo!

http://www.libroos.es/libros-de-narrativa/varios/25902-proulx-annie-brokeback-mountain-en-terreno-vedado-doc.html

Y para finalizar, quizá como postre, quiero postear "Somewhere only we Know" de Keane, siempre que escucho la canción recuerdo la película.


And if you have a minute, why don't we go
Talk about it somewhere only we know?
This could be the end of everything
So why don't we go somewhere only we know?
Somewhere only we know

Comentarios

Entradas populares